sueños sucubinos
Érase una lengua muy larga,
una lengua que no sabía callar
se metía en todos rincones
deleitaba al punto de estallar.
Érase una lengua muy larga
unos dedos, una mente, el mar,
que de nada servían sus olas
y mejor no se deja humillar.
una lengua que no sabía callar
se metía en todos rincones
deleitaba al punto de estallar.
Érase una lengua muy larga
unos dedos, una mente, el mar,
que de nada servían sus olas
y mejor no se deja humillar.
2 Comments:
Bonito poema, Ilana. Es chistoso, pero como te conocí en español, te reconozco más en este idioma.
Agustín:) gracias por tu bondad, pero este poema es una bobada, era un intento de callarme de una vez y para siempre, pero como ves, acá estoy, otra vez, aunque no me gusta decirlo, tengo necesidad de narrar.
Respecto a lo del lenguaje... claro, reconocerás mi sentido de humor perverso y mis juegos burlones y tontos... en fin, me reconoces y es cierto... es más difícil mantener una pose en una lengua que no es la materna...
En fin, habrá otros momentos para vernos y te debo la novela aún...
Publicar un comentario
<< Home