lunes, enero 07, 2008

orfandad

Encontré este poema que escribí al aire hace mucho... necesita aterrizarse, o mejor dicho, enterrarse aquí en el sótano de mi cerebro...

En el centro de la nada
Te vi
Desnudo, blancuzco
Herido, torcido
Carente de sentido
Buscándote como un
Marrano a la trufa
Bajo tierra
Allí en el vacío
Cavado por tus manos
El horror ante el espejo
Me hallaste sangrando
Derrotada—
Una herida en llama viva
Tu cara ensombrecida
Desgarrado ante el fulgor.
Fue entonces que te quise decir
“vamos a vivir”
pero me callé el rubor
de la esperanza
y en su vez,
te conté del dolor
“No te puedo ofrecer
lo que mereces”
salió en fuga de tu pluma
como vírgula
codificada, impresa
con el peso de tu Historia
dirigido hacia mí.
“Pero no te pedí nada”
quería gritar, “no merezco más
que la soledad que plasmas
en lo imposible del papel,
al silencio atento.”
Pero no sabes llorar,
Me confiesas,
Al oido que no está
Con ojos que traicionan tu porvenir.
“No temo a la muerte – no me dejo
seducir.”
Aún te desvisto, me desprendo
Pétalo por pétalo al centro
De la flor—
Explosión virtuosa
Despiadado color.
“Hay que vivir” te susurro,
embriagada de tiempo
de hielo, de lengua, de candor.
Mas tu gesto desvanece
Intenta esquivar
Mi intensidad de ser
Y tu voz urgente pronuncia
Mi condena, con una suave
Violencia desalentadora
Nombrándome lo que nunca fui
“optimista, buena, pura”
¿Para qué? Te quiero pedir
que me expliques…
¿de qué se trata el verdor
renovado, si no para renacer?
Tu mirada se extravía
En el horizonte claro
“soy lo opuesto, no vale nada,
no te puedo saciar.”
Aunque buscas la luz
Aún sin saber
En tu desespero, tu insomnio
Pugnas por comprender.
“No soy lo que crees” te quiero responder
quiero que me veas,
en el fondo, intangible
penetrable, radiante, aguerrida
animal
“no es optimismo, sino un vacilar
entre el abismo y la rabia…”
Tus facciones se suavizan
Pareces reconocer—
No somos tan ajenos
Como quisieras jurar.
Dibujo invisible, en el aire
Mi ardor
“tómame, ámame, anúlame
llévame al centro de tu nada
para habitar ese espacio—
la llaga, la magna, la mar."
Guardo silencio por miedo
Por orgullo o por pudor
Y tu sonrisa triste
Me arrebata el dolor.
La soledad te encierra…
Y alzo la mano
Para cruzar los siglos,
Y palparte tu forma,
Mas no me dejo desbordar.